Dios tiene planes para nosotros, Él tiene un plan específico para ti y otro para mí. El ya pensó de antemano un camino para sus hijos. No importa que tan confusa o enrarecida se vea tu vida en el presente, si tan solo nos abrimos a ese plan de Dios para nosotros, las cosas volverán al rumbo ideado por Él (Rom. 8:29). | |||
“Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas”.Sal. 139:16 En el mundo hay muchas influencias que nos presionan. Nuestra mente fue fuertemente afectada por la sociedad, la familia y los poderes espirituales, para que pensemos al revés de cómo el Señor quiere. Pero la buena noticia es que si tan solo nos alineamos a los pensamientos de Dios para nosotros, éstos nos guiarán a nuestro destino de éxito. |
”Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. Jeremías 29:11 (Fil. 4:7)
Cualquier inclinación a pensamientos negativos (confusión, dudas, temor, desgracias, auto-menosprecio) es para resistirlos y reemplazarlos por los pensamientos de Dios que nos dan vida y paz (Rom. 8:9)
La atmósfera de tus pensamientos determinará el tipo de creencia y fe que tienes. La mente se debe disciplinar y entrenar día a día para llegar a cumplir grandes cosas, para vivir una buena vida como Dios quiere.
Tus expectativas, tus sueños, tus metas, enfocarte en aquello que te apasiona, impulsado por el Espíritu de Dios, será lo que te hará arrasar como un río impetuoso sobre todo obstáculo en tu contra. Tu voluntad y tu creencia es lo que llena tus pensamientos, y estos guían tu vida al éxito.
Nuestra mente esta bajo nuestro propio control, Dios nos entrego el dominio propio para que pensemos de la forma que queramos, cuando un pensamiento negativo quiere apoderarse de nosotros, es porque algo nos indujo a pensar así. Tal vez la ignorancia de la palabra de Dios, por falta de fe, por otras personas, por los medios de comunicación, o por cualquier otra fuente que haya logrado introducirse en nosotros y formar una fortaleza mental. Si no concuerda con lo que dice la biblia: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” (Sal. 23:6) realmente es un pensamiento que no procede del Espíritu Santo, por lo tanto el arma es: Resistir, al resistir estamos diciendo: “Yo no acepto esto, no lo creo, no lo recibo en el nombre de Jesús” En cambio pienso, hablo, medito, escucho y visualizo las cosas buenas que Dios tiene para mi.
Cuando en tu interior te predispones a lo bueno que Dios tiene, se lo pides en oración y actúa por fe, ciertamente el hará milagros en tu vida.
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