Ponle nombre
El infierno se puede levantar con toda su furia porque sabe que le queda poco tiempo pero nadie podrá alterar lo que Dios ha establecido en su palabra..
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. (Génesis 1:2)
Había desorden y estaba todo vacío pero, el espíritu se movía. Actualmente vemos desorden, falta de valores, vacío espiritual pero hay gente donde mora el espíritu de Dios que se están moviendo conforme a lo que han recibido del Señor.
El espíritu de Dios está en todo aquel que aceptó a Jesús como su salvador.
A diferencia de lo que sucedía en el pasado, Dios te ha dado poder y autoridad para hollar serpientes y escorpiones. Atar, desatar y hacer retroceder al mismo infierno.
Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.(Génesis 1:5) Dios le puso nombre a la luz. No sólo se gozo con separar la noche y el día sino que le puso nombre para que fuese establecido. Estableció el principio de todo, comenzó a llamar las cosas por su nombre, y los mismos han continuado hasta el día de hoy.
Ningún hombre, ni ningún adversario podrán cambiar lo que Dios ha dicho.
Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. (Génesis 1:8-10)
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. (Génesis 1:20)
Para bendecir hay que hablar, no se puede bendecir mentalmente.
Ahora vemos una conversación distinta. Dios no le está ordenando a la tierra, al agua, al cielo ni a las plantas ni sus semillas. Está hablando con alguien igual que él porque nadie llama a alguien inferior a producir ni a crear algo especial.
Cuando haces partícipe a alguien de una obra impresionante es porque tiene igual autoridad que tú, por eso la consideras.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:26-27)
Este hombre debía ser una digna representación. Alguien que tomaría dominio, sujeción y haría valer lo que Padre, Hijo y Espíritu Santo hablan en el tercer cielo. Este hombre debería tener comunión con la Trinidad y ser igual que ellos. Debe tener dependencia y reconocer que fue creado por los tres.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27)
Nadie podrá cambiar el orden de lo que Dios ha establecido. El infierno se puede levantar con toda su furia porque sabe que le queda poco tiempo pero nadie podrá alterar lo que Dios ha establecido en su palabra. "El cielo y la tierra pasarán más su palabra no pasará" (Mateo 24:35). Iglesia, ¡No tengas temor! Comienza a llamar las cosas que no son como si fuesen porque Dios está en el asunto.
Dios creó al hombre y le dio la autoridad para que el hombre hiciera su labor. El trabajo de Adán no era pasar trabajo, sino obedecer a Dios. La labor de Adán comenzó bien, le puso nombre a todos los animales hasta el día de hoy. Lo que Adán declaró mientras estaba dentro del pacto en la santidad y obediencia todavía prevalece.
Cuando Dios estuvo buscando a su amigo y obra maestra con quien él había establecido pacto en la Tierra para traer orden se dio cuenta que algo extraño había pasado.
Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3:9-15)
Cuando se desobedece se pierde autoridad. Si dejamos de estar en la presencia de Dios o no tenemos al Señor, perdemos.
Hoy día la gente se esconde de Dios porque sus vidas y sus hechos no son buenos. Han tratado de ocultar el pecado y lo llaman de otra manera para no hacer sentir sus conciencias tan culpables. ¡Tengo una noticia! Lo bueno seguirá siendo bueno hasta que el Señor venga o nos sorprenda la muerte.
Al pecado hay que llamarlo por su nombre y la Biblia menciona que "La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23)
La consecuencia de haber desobedecido a Dios trajo que el hombre se escondiese. "que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." (Juan 3:19)
Dios ha establecido a través de Jesucristo una reconciliación, y cuando esto ocurre de adquieren todos los derechos perdidos. El hombre fue expulsado de aquel medioambiente donde el poseía toda autoridad y la gloria de Dios estaba en él. Luego dijo Dios que levantaría a la mujer para que fuese la mayor enemiga del diablo.
La mujer fue engañada pero Dios es justo y estableció un pacto y dijo: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar". (Génesis 3:15)
Todo lo que se quiere destruir es la imagen de la mujer, ya que ella es la que tiene la capacidad de llevar en su vientre la semilla de crear servidores de Dios.
La mujer hoy más que nunca tiene que levantarse para levantar a su esposo, sus hijos, su lámpara y mantenerla encendida. Tal vez los hombres no tienen la misma pasión pero cuando ven una mujer apasionada que sabe edificar bien su casa tanto ellos como sus hijos se alinean.
Dios dijo que habría enemistad entre la mujer y la serpiente y tal enemistad permanece hasta el día de hoy. Mujer cuando Dios le dio autoridad a Adán también se la estaba dando a Eva. Toma dominio y autoridad y pelea por tus hijos, finanzas, por tu nación, país y por tu causa espiritual.
La mujer en el mundo espiritual esta llamada a manifestar lo que el hombre declara y dice. En el mundo espiritual la iglesia está llamada a manifestar lo que el Dios de gloria ha dicho y decretado sobre la tierra, tu vida y las naciones.
A través de la promesa de Génesis 3:15 Dios prometió que vendría un hombre de la cimiente de la mujer. Hoy conocemos que fue Jesucristo quien venció al diablo, a todos sus demonios y hasta la muerte. Avergonzándole públicamente llevando en sí mismo el pecado de toda la humanidad para que a través del nombre que es sobre todo nombre podamos entender que se nos han devuelto los derechos por la reconciliación que ha habido por medio de Jesucristo. Los derechos perdidos, el temor, el miedo, la falta de autoridad, el no atrevernos porque no nos sentíamos debidamente limpios, justos para operar delante de Dios gracias a Cristo hemos sido justificados por la fe y ahora tenemos paz para con Dios a través precisamente de Jesucristo. No podemos operar en el temor, aceptamos a Cristo para vivir en autoridad y en poder.
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. (Lucas 1:26-28)
En esta ocasión Dios tiene que enviar un ángel porque no había nadie que tuviera la autoridad necesaria delante de Dios para declarar. Al pasar el tiempo no tenemos que esperar que los ángeles hablen, ahora hablamos los hijos a través del Espíritu Santo.
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. (Lucas 1:38)
Hasta que María no abrió la boca no concibió y tú hasta que no comiences a atarte con los dichos de tu boca tampoco concebirás. Mientras lo que hables sea contrario a lo que Dios te ha dicho estarás alejado del camino correcto. Debemos hablar alineados con la palabra de Dios, no es lo que vemos sino lo que creemos" Provoca que lo que Dios ha dicho para ti se cumpla, no lo anules con tus palabras.
Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. (Lucas 1:41-42)
Hubo fruto en el vientre de María desde el momento en que ella decretó y dijo "Hágase tu voluntad".
El diablo no resiste la palabra que Dios ha declarado sobre ti. Somos hijos porque Dios determinó que el día que reconociéramos a Jesús como Salvador seriamos adoptados como hijos. Si somos hijos tenemos los derechos legítimos de la herencia. Lo que decretemos en la tierra será hecho y en los cielos será manifestado. Aunque no estemos acostumbrados a tal poder y autoridad hay que seguir declarando y creyendo que Dios lo va a hacer.
Jesús era el hijo de Dios y el rey de los judíos, por esa razón fue enjuiciado y sentenciado a muerte.
Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito. (Juan 19:20-22)
Nadie puede cambiar los decretos de Dios ni lo que Dios ha dicho que será para ti. Dios dice que tú eres su hijo, y si eres hijo eres coheredero juntamente con Jesús.
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