lunes, 30 de mayo de 2016
LA MEDICINA DEL CORAZÓN
La medicina del corazón
Por Esteban Correa
Las palabras son un vehiculo de expresión en la que viajan las cosas que producen un efecto en el mundo que nos rodea, en ellas viaja la vida, la muerte, la bendición o la maldición.
Cuando aprendemos a usar las palabras como Dios quiere, aprendemos a vivir en una bendición constante, porque la biblia no dice: "Las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida; las palabras acertadas traen satisfacción" (Pr. 18:30 NTV).
Las palabras pueden sanar y herir los corazones de tal manera que marcan la vida de una persona por años. Nuestras palabras tienen la capacidad de sanar la identidad de una persona o destruirla. Tal vez muchos de nosotros fuimos marcados por palabras descalificadoras que las hemos arrastrado por años en el corazón.
Cuando el Espíritu Santo comienza a sanar a una persona generalmente trae recuerdos de cosas del pasado para perdonar y para que se renuncie a creer esa mentira y sanarla.
Las palabras se cargan de emociones buenas o malas, se pueden cargar de unción o de las malas intenciones de nuestro corazón. Las palabras son un vehiculo de expresión en la que viajan las cosas que producen un efecto en el mundo que nos rodea, en ellas viaja la vida, la muerte, la bendición o la maldición, la salud y la enfermedad, el amor o el odio.
En verdad no es la palabra por si sola la que hiere, sino la sustancia y la intención que hay sobre las palabras; incluso palabras aparentemente amables pueden ser irónicas e hirientes. En la lista de las siete cosas que abomina Dios la última se refiere "al que siembra discordia entre hermanos" (Pr. 6:19). Es un pecado abominable para Dios cuando alguien confunde, hiere, provoca o tiene rudeza con sus palabras, en esta lista también se incluye la lengua mentirosa (Pr. 6:17) Muchas personas están bajo maldiciones por generar continuamente malestar con sus palabras en los demás y por habituarse a mentir.
Dios nos sana con el poder de su palabra, las palabras escritas en la biblia, están llenas de amor y sanidad. Con sus palabras Dios sana el corazón y sana el cuerpo, porque en sus palabras esta su intención y su poder restaurador.
"Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina". Proverbios 12:18
Es imperante seleccionar cuidadosamente nuestras palabras, porque tienen mucho poder sobre los demás. Si somos sabios usaremos palabras de vida y aliento, palabras que son la medicina del corazón que muchos necesitan.
Nunca se justifica agredir el corazón de los demás con palabras hirientes, antes nuestra misión es dar vida y medicina con las palabras. El servicio de Dios es dar buenas noticias, cuando tenemos amor por alguien, aun las cosas más difíciles se pueden pronunciar sin incomodar al otro. Hablemos como sabios, usemos la medicina de la palabra para bendecir y vivir bajo la bendición.
"Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos". Proverbios 16:24
Aunque ciertas personas, para nuestra opinión, pueden parecernos muy desagradables no es nuestra tarea ofenderlas, Dios ama a las personas más allá de nuestra comprensión y nuestra meta no es ponernos en lugar de jueces, sino saber que Dios ama a esa persona; y si tenemos que hablar y tratar algún problema o enfrentar una situación de enojo, nunca eso significa ofender o herir la estima de la otra persona.
Tus palabras podrán hacer en otros que se aferren a ellas en momentos difíciles o de debilidad, los que viven hablando vida, esperanza, fe y bendición están estableciendo el reino de Dios en la tierra.
Los líderes que mayor impacto tienen en la gente son los que dicen palabras de aliento y levantan la estima de los demás, que se enfocan en destacar lo mejor. Algunos piensan que usando de amenazas e intimidación van a lograr que los demás los sigan, pero lo que logran es que se llenen de recelo y producen una relación tensa.
Validar significa dar el valor necesario, todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, esto significa que todos merecemos un buen trato. Aprende hoy a sanarte de las palabras mal intencionadas que te dijeron aferrándote a lo que Dios dice de ti en su palabra, y aprendamos a hablar bendición, sabiduría y honestidad para llegar a cumplir nuestro propósito en la tierra.
¿Quieres ver días buenos en tu vida?
"Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala". 1 Pedro 3:10-11 -> COMENTARIOS
domingo, 29 de mayo de 2016
NO REPRIMAS TUS SUEÑOS !!!!!!
No reprimas tus sueños
Por Esteban Correa
Dios nos creo con deseos para que tengamos el impulso de lograr cosas y experimentar satisfacción y propósito. Demasiados son los que se conforman con poco, con nada.
"La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido". Proverbios 13:12
Bill Fitzpatrick fue un anciano que saco a relucir sus sueños al final de su vida. Aunque habían pasado muchos años desde que el quiso cumplirlo no pudo hacerlo hasta recién retirado de su empleo de toda la vida. La pintura la apasionaba en su época joven, pero recién se dedico a ello al jubilarse. Ahora él ha recibido muchos premios por sus pinturas.
Su sueño de pequeño era el de ser pintor, pero por problemas económicos de su época no pudo dedicarse a ello y solo pudo tener un empleo, trabajó durante 30 años como chofer. Solo pintaba algo en sus momentos libres.
Pintaba acuarelas porque le resultaban fáciles de realizar y disponer. Pero al jubilarse le dedicó más tiempo y comenzó a participar en muestras de las cuales obtuvo muchos premios. Éstas son algunas de sus frases:
"Tengo ochenta años, pero no pienso en que tengo esa edad. Soy una especie de cincuentón tiesto y achacado. Es importante vivir así de lo contrario, vegetas"
"Yo sigo adelante y no tengo tiempo para pensar en mis problemas. Lo principal es sencillamente, ¡No envejecer!"
"La creatividad es muy importante en la vida, te da diversidad. Si eres creativo, pruebas diferentes maneras de hacer las cosas. Cometes un montón de errores. Pero si tienes la valentía de continuar a pesar de tus errores obtendrás la respuesta"
Muchos son los que se despiden de este mundo sin haber cumplido sus más profundos sueños en la vida, creo que si muchas de las personas que nos antecedieron en épocas pasadas hubieran cumplido sus sueños, el mundo sería un tanto diferente, tal vez muchísimo mejor.
Dios nos creo con deseos para que tengamos el impulso de lograr cosas y experimentar satisfacción y propósito. Demasiados son los que se conforman con poco, con nada, con hacer cosas porque supuestamente "no les queda otra" y no es que sus sueños desaparecieron, simplemente están reprimidos, hundidos en el fondo de su corazón.
Nadie se sentirá más feliz que cuando logre sus sueños, claro que no tenemos un solo sueño o meta, tenemos deseos pequeños y grandes, por llamarlos de alguna manera, y todos son importantes.
Nuestro Dios es un Dios que cumple sueños y deseos, el pone cosas en nuestro corazón para ayudarnos a cumplirlas. Entendemos muy mal cuando pensamos que el es un "Castrador de sueños" eso es religión, legalismo. Dios no quería abortar el Sueño de Abraham de tener un hijo, al contrario, solo quiso preparar su corazón para que Él sea el primero y la fe sea la base de su vida entera; este es el único trato de Dios con nosotros, solo quiere que pongamos la obediencia a su palabra, que lo amemos sobre todo a Él que es, en definitiva, de quien proceden todas las cosas, y quién abre y cierra puertas. Si le damos toda la gloria y lo amamos, estamos habilitados por su palabra para ir con toda las fuerzas tras los sueños que el puso en nosotros.
La biblia dice en Filipenses 1:13 "pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo". (Dios habla hoy - DHH)
Cuando estos deseos quedan truncados producen un vacío, una tristeza en el corazón. Para sentirnos plenos en la vida no debemos reprimir nuestros sueños o hacer cosas solo para agradar a los demás; si no tienes metas claras en la vida y no vas en pos de ellas, te encontrarás insatisfecho y trabajando para el sueño de otro.
No te resignes pensando que ya no hay tiempo, que ya no puedes, siempre con fe hay una forma de llegar. Te presento tres puntos para no resignar tus sueños:
Enfocarse
Mantenernos enfocados en lo que queremos lograr, es una de las claves más importantes para alcanzar el éxito en todo lo que hagamos. El enfoque es un principio ineludible para llegar a cumplirlos. Alguien que se desenfoca de sus metas y se distrae continuamente con un sinnúmero de cosas y actividades no podrá nunca cumplir alcanzar sus metas. Es mejor llegar a hacer pocas cosas con excelencia que muchas con poco empeño. Hay una frase que lo resume de esta manera: "El que mucho abarca poco aprieta".
Abrirse por fe a las posibilidades
Aunque parezca que no hay salida Dios sabe la salida de todos los laberintos. Una vez que tomas la decisión en tu corazón de alcanzar las cosas que quieres, tu mente se habituará a ver posibilidades donde antes eras incrédulo, pensar que se puede es tener fe que de alguna forma podremos y Jesús dijo: "al que cree todo le es posible"
Seleccionar la gente correcta.
Los vínculos emocionales enfermizos te impiden estar libres para alcanzar tus metas. Las personas que te meten culpa o te quieren controlar son un gran problema. Después están los que te quieren encasillar en su propia forma de ver la vida y cuando vienes con algo diferente te dicen: "noooo, mejor no pierdas tiempo en eso" a mi me lo dijeron muchas personas, directa o indirectamente, si estas ligado a la opinión de los demás o te importa mucho lo que te digan, si prestas atención a su influencia pueden llegar a abortar tus metas. Se libre de lo que otros piensen, sigue tu instinto, intuición y lo que te dicta tu corazón según el sueño de Dios. Nadie puede obligarte a renunciar a tus sueños. -> COMENTARIOS
sábado, 28 de mayo de 2016
EL ÉXITO Y LA FAMILIA !!!!!!
El éxito y la familia
Por Esteban Correa
La raíz del descuido en la familia no es ni más ni menos que egoísmo. No subas la escalera del éxito pisando sobre tu familia.
A todos nos gusta tener éxito en lo que hacemos, pero: ¿Qué es el éxito para ti?
Un empresario podría decir: "Aumentar las ventas cada año", un pastor: "Tener la iglesia más grande", un músico: "Grabar muchos discos y ser famoso", un escritor tal vez diga: "Escribir decenas de Best Sellers", un empleado: "Ascender en mi trabajo". Creo que para los padres de familia ninguno de estos éxitos lo sería, si no lo es de las puertas para adentro del hogar.
¿Que éxito podría tener un hombre si logra ciertos objetivos pero deja a su propia familia para lo último, en las sobras de su tiempo?.
¿Tener mucho dinero, pero un matrimonio infeliz es verdadero éxito?. Alguien puede llegar a ser famoso, pero si no hizo feliz a sus hijos, si solo los trató como una especie de obligación, su fama es una farsa. Una mujer puede llegar a realizar grandes proezas, pero si ese supuesto éxito la lleva más lejos de las personas que la necesitan, entonces es un gran fracaso. Tener el amor, la comunión y el respeto de aquellos más cercanos a ti es el mayor de los éxitos, lo demás viene por añadidura.
Poner a Dios en primer lugar en tu corazón nunca significo dejar de lado a tu familia. La familia es la institución más sagrada para Dios y la puso bajo nuestra responsabilidad para que la cuidemos. Él cuida de la iglesia, y a nosotros nos entrego el ocuparnos de nuestra familia, que es la base de las iglesias. La raíz del descuido en la familia no es ni más ni menos que egoísmo. No subas la escalera del éxito pisando sobre tu familia.
Sin duda Dios nos creo para cumplir los sueños personales y hacer grandes cosas, pero eso nunca quiere decir descuidar la responsabilidad que puso a nuestro cargo con la familia.
Si quieres ser un buen creyente entonces sigue el consejo de 1 Timoteo 5:8 (DHH). "Pues quien no se preocupa de los suyos, y sobre todo de los de su propia familia, ha negado la fe y es peor que los que no creen. Otras versiones dicen: "El que no provee para los de su casa, es peor que un incrédulo" y no se refiere a proveer solo dinero, sino además, proveer amor, tiempo, apoyo, comprensión, felicidad, atención y esmero en darles lo mejor en todo sentido. Todos nos quieren imponer mandatos para que cumplamos sus deseos, pero no permitas que ninguna actividad haga resignar el valor que tiene tu familia porque daremos cuanta a Dios por ello. Si logras la felicidad en tu familia, será la base que te habilitará a tener verdaderos éxitos en cualquier otra cosa que hagas. Si en verdad amas a Dios sobre todas las cosas entonces amarás a tu prójimo como a ti mismo, y tus "prójimos mas prójimos" son tu familia.
Comienza a dedicar un tiempo exclusivo a ellos para tener todo tipo de experiencias juntos, esto será inolvidable para todos. ¿Significa esto que debo descuidar lo demás? No, significa que la familia es una prioridad y así como dedicas tiempo a todo lo demás, debes dedicárselo igual a ella.
Cuando llegues al final de tu vida, qué extrañarías más ¿haber pasado más tiempo en el trabajo o haberlo pasado con los tuyos?
viernes, 27 de mayo de 2016
TRANSFORMANDO LO NEGATIVO EN POSITIVO !!!!!!
Transformando lo negativo en positivo
Por Mario Serrano
A veces debemos quedarnos solos para depender únicamente de Dios, así como José, ser despojados de las cosas en las que nos apoyamos.
A través de esta charla aprenderás que: Lo que haya sucedido en el pasado no tiene porque determinar tu futuro y Dios puede tomar las cosas negativas de tu vida y transformarlas en positivas
José tuvo un sueño... (Génesis 37)
José era tan solo un joven de diecisiete años, cuando Dios le dio un sueño. La interpretación de este sueño ponía de manifiesto que, llegado el tiempo, José sería un gran líder y sus hermanos le servirían. La idea no les pareció nada bien a sus diez hermanos mayores, ya que, según las costumbres de la época, los menores servían a los mayores y no al revés.
Según el relato bíblico, José fue víctima del desprecio y la burla de sus hermanos quienes dando lugar a la envidia y al resentimiento, en primer lugar decidieron matarlo, pero luego optaron por venderlo como esclavo.
Como ya he mencionado en un mensaje anterior (la perfección determina tu éxito 3), siempre encontraras dos tipos de personas en el camino que te conduce al éxito, al propósito de Dios en tu vida. El primer grupo pertenece a aquellas personas que motivadas por deseos nobles y sinceros, te animaran y en ocasiones también te empujaran con amor , a fin de que alcances tus metas; y el segundo grupo, individuos que motivados por envidia o malas intenciones con sus consejos, palabras y actitudes querrán verte retroceder y renunciar a tus sueños.
José se queda solo...
Luego de ser vendido por sus hermanos, comienza una etapa en la vida de José que estaría caracterizada por momentos de abandono, incomprensión y soledad. Aunque fueron momentos difíciles, el relato bíblico enfatiza una y otra vez "...pero Dios estaba con José..."(Génesis 39:2-3, 21,23)
Hay momentos en nuestra vida donde podemos encontrarnos sumergidos en la soledad y la incomprensión. Somos rechazados por aquellos que más queremos, y todo intento por cambiar esta situación parece ser inútil. Tal vez te encuentras solo luchando, y nadie parece acompañarte en el camino que te conduce a tus sueños, sin embargo no estás solo, Dios está contigo. Y aunque en tu mente no puedas comprenderlo, esto es parte del proceso permitido por Dios para enseñarte a depender solo de Él.
Que buenas son las palabras de ánimo, y el buen consejo de un amigo en momentos de dificultad, son medicina a nuestros huesos...aunque no podemos depender solo de ello para estar motivados y concretar nuestros sueños, necesitamos aprender a depender de Dios.
Si quieres disfrutar la plenitud de Dios en tu vida, deberás transitar caminos de soledad. A veces debemos quedarnos solos para aprender a depender únicamente de Dios, así como José, al ser despojados de las cosas y las personas en las que nos apoyamos, estamos forzados a poner toda nuestra confianza en Dios. Suelta las personas y las cosas; aférrate a Dios, él no te defraudara.
Esta lección es en ocasiones la más difícil de aprender, pero una de las más necesarias para nuestro crecimiento y desarrollo espiritual, por tanto Dios no escatimara esfuerzos, a fin de que la aprendamos y seamos aprobados.
Dios puede cambiar tu circunstancia negativa y transformarla en una situación positiva.
Pero para que esto ocurra es necesario que seas fiel durante todo el proceso. Imagínate que hubiera sucedido si José permitía que la falta de perdón y la amargura contra Dios y su familia tomen el control de su corazón. Esta historia no tendría un final feliz. Fue la fidelidad de José durante el proceso lo que le permitió a Dios llevar a cabo sus planes. "vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encamino a bien..."(Génesis 50:20)
Muchas veces es difícil creer que Dios utiliza y obra a través de las circunstancias negativas de la vida. Cuando somos traicionados o heridos intencionalmente por las personas que están a nuestro lado, o más aun, por aquellos que ocupan un lugar en nuestro corazón, un sentimiento de frustración opaca nuestra confianza en la fidelidad de Dios. Pensamos "¿porque El permitió que esto sucediera?... ¿acaso Dios no sabía que iba a suceder? Cuestionamientos como estos se apoderan de nuestros pensamientos y perdemos la confianza en el interés y la preocupación de Dios hacia nuestras vidas.
Cuando estos sentimientos y pensamientos quieran hacerte dudar de la fidelidad y el amor de Dios hacia ti, recuerda la historia de José, pues con todo el rechazo y abuso que el experimento por parte de sus hermanos, Dios nunca lo abandono, al contrario, utilizo esas circunstancias para llevar a cabo su plan divino. Si respondes correctamente, el abuso, la traición, y las malas intenciones de la gente, pueden ser utilizados por Dios para llevar a cabo sus planes y elevar tu vida a un nuevo nivel. -> ¿Que opinas? Comenta abajo.
jueves, 26 de mayo de 2016
EL DESCANSO SEGURO !!!!!!
El descanso seguro
Por Sandy Feit
Lo que Cristo da es una paz más allá de nuestra comprensión y diferente a todo lo que el mundo puede ofrecer .
Cuando yo era niña, solía ver todos los días una placa recordatoria en nuestro cuarto de juegos, que decía: "El resto de tus días depende del descanso de tus noches"; era una advertencia irónica. Mamá comentaba a menudo lo ingenioso que era el dicho, pero durante años estas palabras no tuvieron ningún efecto en mí. Sin embargo, con el tiempo, comenzó a tener sentido, y de repente entendí el verdadero significado de "descansar". Ingenioso, pensé, por no decir sabio.
En realidad, ese pequeño y original cartel de los años 50 se adelantó a su época, ya que su mensaje antecedió a la obsesión que tenemos en nuestro país por la buena condición física. El ejercicio, la dieta y el descanso serían reconocidos pronto como la clave para disfrutar de buena salud.
Durante mucho tiempo, ese consejo —sobre todo el del descanso— fue fácil de "seguir" para mí, pues mientras desempañaba la agotadora función de criar a mis hijos, me hundía rápidamente en una grata inconsciencia rejuvenecedora cada noche.
Pero ahora que soy mayor, el sueño parece más esquivo. Y aquella máxima, que una vez sonaba tan cierta, me parece ahora vacía. ¿Qué es el descanso, al fin y al cabo? ¿No depende de algo más que una noche de sueño reparador?
DEFINICIONES DE DESCANSO
Tratando de encontrar su definición "oficial", consulté varias fuentes. El primer significado era el esperado "reposo, sueño". Pero los significados posteriores "tranquilidad o paz" y "alivio o libertad, especialmente de algo que cansa, inquieta o perturba", parecían tener connotaciones espirituales. Yendo luego a la concordancia, encontré que la palabra "descanso" proviene de la traducción de la palabra hebrea shabat. La Biblia usa el término en el sentido de "cesar o desistir del trabajo", o "guardar el Sabat [sábado, día de reposo]".
Sin embargo, la palabra Sabat me trajo viejas asociaciones y nuevas preguntas sobre lo que significa abstenerse de trabajar. Yo me crié en una familia judía donde, a partir de la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado, no cocinábamos, ni limpiábamos —lo que para mí era magnífico. Pero, dibujar y coser estaba también prohibido, y eso para mí no era tan magnífico. El negárseme hacer lo que disfrutaba para recobrar mis energías, en vez de ser relajante, era inquietante. ¿Cómo podía realmente ser ese el trabajo del cual tenía que descansar?
Me sentía segura de que Dios debía tener algo más en mente, pero pasarían muchos años antes de que mis sospechas se confirmaran. Sin embargo, en el ínterin descubriría otro tipo de "trabajo" del cual necesitaba desesperadamente un descanso.
Me rompía la cabeza pensando en "qué pasaría si…", y trataba de controlar mi vida mediante una combinación de buena suerte y esfuerzos agotadores. Las cosas solo se agudizaron cuando a) me casé con un hombre que se preocupa fácilmente, y b) empecé a tener hijos. Pero nuestro estilo de crianza de los hijos, aunque tierno, era sobreprotector lo que era una manera agotadora de vivir.
Entonces, un día muy triste, nos enfrentamos cara a cara con nuestro peor temor. Nuestro segundo hijo murió teniendo un mes de nacido, y de repente necesité descanso no solo de la preocupación sino también de la tristeza. Esa pena resultó ser una coyuntura crítica, ya que me obligó a tomar el tiempo suficiente para darme cuenta de dos cosas: yo no tenía el control, y necesitaba desesperadamente a Uno que sí lo tenía.
Por medio de personas que estuvieron relacionadas con la hospitalización del bebé, Dios se encargó de que su buena nueva me alcanzara: la paz y el alivio que anhelaba eran posibles, en los términos de Él. Así que, después de tomar un poco de tiempo para estudiar y deshacerme de ideas preconcebidas, puse mi fe en Jesús como mi Mesías —y comenzó la jornada de descubrir el verdadero descanso.
¡Qué alivio fue reconocer finalmente que la impredecibilidad de la vida no tenía por qué preocuparme, y que la tranquilidad del alma no era solo teórica! Cuanto más conocía al Señor, más sentía que crecía mi confianza en su soberanía, omnisciencia y tiernas intenciones. Sentía una calma extraña al entender que mi familia estaría cuidada y protegida por Uno mucho mejor que yo.
Por tanto, permítame resumir las verdades que me llevaron a tener una vida más tranquila.
El descanso es paz.
Es posible que Isaías no haya sabido que el nombre del Mesías sería Jesús, pero acertadamente lo llamó Príncipe de paz (9.6). Lo que Cristo da es una paz más allá de nuestra comprensión y diferente a todo lo que el mundo puede ofrecer (Jn 14.27; Fil 4.4-7). En la medida que nuestra confianza en Él se profundice con el tiempo, mayor será nuestra tranquilidad.
El descanso es una pausa.
Dios santificó el séptimo día de cada semana como un tiempo de descanso para la humanidad, porque Él mismo había cesado de trabajar después de los seis días de la creación:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó" (Éx 20.8-11).
Así que, el Sabat fue apartado como santo, pero no era un fin en sí mismo. Era, más bien, la pausa semanal que apuntaba al plan posterior y más grande de Dios para hacernos descansar de nuestras cargas.
El descanso es un lugar.
Deuteronomio 5 repite el mandamiento del Sabat, pero con un añadido significativo en el versículo 15: "Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo". La observancia iba a ser un recordatorio semanal: Dios no solo redimió a su pueblo de la esclavitud bajo los duros capataces egipcios, sino que también prometió libertad en la tierra de abundancia, donde el dueño era el Señor.
Así como el día del Sabat tenía una aplicación más allá de su significado literal, la Tierra Prometida, también, prefigura una realidad espiritual futura. La libertad en el desierto fue sin duda mejor que la opresión de la esclavitud: La presencia de Dios estaba con los hijos de Israel (Éx 13.21), y Él proveyó para todas sus necesidades. Pero, al mismo tiempo, la vida en el desierto no estuvo libre de preocupaciones. El pueblo suspiraba por Canaán, una morada física y un lugar de alivio (Dt 12.9, 10). Los cristianos podemos entender esto; tenemos presentes el consuelo y guía de Dios por medio de su Espíritu Santo, pero nuestra ciudadanía está en el cielo, no donde residimos actualmente.
El descanso es una Persona.
La "Tierra Prometida" es mucho más que un término geográfico. De hecho, el Nuevo Testamento revela donde está nuestro "lugar" de seguridad y gozo: en Jesucristo y en su amor (Jn 15.4-11).
Descubrimos más acerca del "descanso", por medio de lo que dice la concordancia en cuanto a esa palabra hebrea shabat. Su raíz es yashav, cuya idea principal parece ser "sentarse quieto". La palabra se encuentra en Génesis 2.2, donde, después de terminar su trabajo en seis días, el Creador dio un ejemplo cuando "reposó el día séptimo de toda la obra que hizo".
No es una coincidencia que el escritor de Hebreos haya incluido esta imagen cuando presenta a Jesucristo como superior a los sacerdotes y al trabajo continuo de ofrecer sacrificios: "Y ciertamente todo sacerdote está [de pie] día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios" (10.11, 12, cursivas añadidas). Jesús pudo sentarse porque la obra de redención había sido consumada en la cruz (Jn 19.30). Aquel que descansó, es Aquel que nos invita a compartir su descanso. Jesús dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt 11.29). El descanso es un proceso. El único camino para descansar de las cargas de la vida es el mismo "único camino" que dice Juan 14.6 que nos llevará al Padre: la salvación por medio de Jesucristo. Poner la fe en Él como Salvador trae el consuelo de la seguridad permanente; no necesitamos temer a la condenación, porque nuestra deuda de pecado fue pagada en su totalidad (Ro 8.1).
Esta decisión de fe es el "tiempo pasado" de descansar, de acuerdo con el maestro Arnold Fruchtenbaum. Por ella, los creyentes han entrado en lo que él llama el "descanso de la creación… una calidad de vida que Dios disfruta" (He 4.3). El momento de la salvación garantiza también el "tiempo futuro" de descansar, que será disfrutado en el cielo. Pero eso deja el gran intervalo de los días que nos quedan en la Tierra. Fruchtenbaum identifica este "tiempo presente" de descanso como "madurez espiritual". En otras palabras, a medida que nuestra santificación avanza, aumenta nuestra confianza en Dios y nos encontraremos menos golpeados por las luchas de la vida.
LA REALIDAD DEL DESCANSO
Este cambio a la tranquilidad es largo y gradual. Para mí, ha implicado conocer mejor a Dios, empaparme de los principios de la Biblia, y tener un montón de "oportunidades" (también llamadas "situaciones difíciles") para aplicar toda esa buena enseñanza. Veo en realidad progreso, aunque no he superado todos mis viejos patrones y tendencias. Las situaciones atemorizantes pueden todavía revelar a la persona aprensiva en vez de la guerrera.
Comprendo que el proceso no será perfecto en esta Tierra, pero sé que Jesús estará en cada paso del camino. Él es, después de todo, el DESCANSO de la historia. -> COMENTARIOS
miércoles, 25 de mayo de 2016
DESTRUCTORES DE LA ALEGRÍA !!!!!!
Desctructores de la alegría
Por Mariam Delgado
Si dejas que tus problemas te consuman, nunca podrás disfrutar de la alegría que nos traen las cosas buenas de la vida.
La alegría es una de las razones por las que vale la pena vivir. Sentirla es reconfortante y agradable. El cuerpo se relaja, la mente se abre y el alma se refresca.
Es impresionante cómo los momentos de alegría nos llenan y nos hacen sentir que ha valido la pena cualquier sufrimiento o sacrificio que nos ha traído hasta estos instantes.
La Biblia dice en el libro de Proverbios que el corazón alegre hermosea el rostro. Nuestro semblante cambia y nos vemos mejores y más atractivos que nunca. A todos nos gusta estar alrededor de gente alegre. La alegría es una emoción que se contagia y hace que las personas disfruten de nuestra compañía.
Pero también es cierto que los momentos de tristeza también están en nuestro camino y a veces parecen ser más abundantes.
Quiero hablarte de los destructores de la alegría. Si bien es cierto que la tristeza es parte de la vida y que hay un tiempo para todo, hay cosas que pueden destruir la alegría y hacernos perder la paz borrando la sonrisa de nuestro rostro.
El primer destructor de la alegría es el perfeccionismo. Muchas veces creemos que las cosas podrían estar mejores de lo que están. En el trabajo todos pueden estar celebrando el éxito o triunfo de uno de los departamentos o de un proyecto, y si somos de las personas que no estamos conformes, nada es suficiente, nada nos satisface 100%, seremos los únicos que en medio de la celebración nos estaremos preguntando por qué las cosas no resultaron mejores. Viendo el punto negro en la hoja blanca. Todos están alegres, todos están sonriendo y nosotros estamos pensando quizás en el único detalle que no salió como esperábamos.
Querer alcanzar la excelencia en todo lo que hacemos está muy bien. Pero esto es muy diferente a sentirnos continuamente inconformes con nosotros mismos y con los demás. El perfeccionismo puede destruir la alegría, llenar nuestro corazón de quejas, alejar a la gente de nuestro alrededor y amargarnos lentamente haciéndonos incapaces de experimentar la felicidad.
Otro destructor de la alegría es la preocupación. En muchas ocasiones he escuchado decir a la gente que no pueden desconectarse de un problema que tienen en su casa, o en su trabajo, o no pueden dormir porque es imposible dejar de pensar en cómo salir de una situación. Cuando estamos en una fiesta o en medio de una celebración, nuestro cuerpo está presente pero nuestra mente está clavada en problemas que nos afligen.
Es necesario que aprendamos a pasar un ¨switch¨ en nuestra cabeza. Cuando los problemas nos agobian y no tenemos la solución a la mano, no podemos estancarnos en ellos y dejar que nos pasen por un lado momentos en los que pudiéramos relajarnos y salir de la rutina.
Si dejas que tus problemas te consuman, nunca podrás disfrutar de la alegría que nos traen las cosas buenas de la vida, porque una cosa es cierta: problemas vamos a tener todo el tiempo y si no aprendemos a entender que todo tiene solución y que Dios puede tener el control de todas las cosas si se lo permitimos, estaremos siempre con una actitud negativa y será imposible disfrutar. Nunca seremos capaces de ver las cosas positivas que nos rodean ni mucho menos sentir a plenitud los beneficios de la alegría.
Es posible aprender a concentrarnos en una cosa a la vez. Dios dice en su palabra que dejemos nuestras cargas a él, que muchas son las aflicciones que nos esperan pero debemos confiar en quien las ha vencido.
Los momentos de alegría están diseñados por un Dios alegre. Partiendo de la base de que hemos sido creados a su imagen, si vemos en la Biblia el ejemplo de un Dios que se siente feliz, se alegra y sonríe, nosotros los seres humanos tenemos la capacidad de experimentar estas emociones que además, son un descanso para nuestro cuerpo y un bálsamo que nos trae alivio y esperanza.
Dios dice también en las escrituras: alégrense los que confían en el Señor. Si confiamos en que él tiene control de todas las cosas, en que todo lo que nos sucede resulta para bien de quienes lo amamos y en que él conoce lo que vivimos y quiere lo mejor para nosotros, seremos capaces de alegrarnos aunque estemos atravesando por problemas.
Alégrate, deja que tu corazón se llene de la paz que sólo Dios puede darte y vive cada momento lindo que se te presente a todo dar.
Habla con Dios, cuéntale tus problemas y pídele que se haga cargo. Así, disfrutarás y te recrearás en las cosas buenas que te sucedan y vencerás los destructores que quieren acabar con tu alegría.
No permitas que los momentos más especiales de la vida se te escapen de las manos. La vida es corta y el tiempo pasa muy rápido. Atesora en tu corazón los momentos de alegría y no le pongas límite a tu corazón para sentir el gozo y felicidad que Dios quiere para ti. -> ¿Que opinas? Comenta abajo.