| Cuando llegan los problemas Por Kenneth Copeland La fe de Jesús, cambió las cosas en la vida de la gente. A cambio de sus problemas y angustias, Él les dio soluciones y victoria.
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Recuerda, la Palabra de Dios no dice que nosotros nunca tendremos problemas o aflicciones. De hecho, de Génesis a Apocalipsis podría parecer que la Biblia no es otra cosa sino una historia de problemas. | | Pero, es también la historia de cómo Dios sacó a la gente de esos problemas—la historia de la gente de Dios recibiendo las promesas de Dios, por fe. Para cada problema , dolor o circunstancia que cualquier persona haya jamás enfrentado, Dios ha prometido una respuesta en Su Palabra. Su Palabra es la autoridad final sobre todos ellos. La victoria se da cuando nosotros hemos desarrollado nuestra fe. |
Cuando sabemos lo que Su Palabra dice acerca de nuestra autoridad y Su victoria, podemos tomar una posición de fe con confianza. Esto es importante, porque cuando viene una crisis, tú no siempre tienes tiempo de sacar tus CDs sobre el espíritu de fe para saber qué hacer. Cualquier cosa que haya en tu hombre interior, eso es lo que saldrá. Tú necesitas estar listo y preparado todo el tiempo con una fe inquebrantable, que no se deja llevar; una fe sólida en la Palabra de Dios. Así que no esperes hasta que te agarre la tormenta, o que el fuego esté acabando con tu casa , para empezar a edificar tu fe. Comienza hoy—pasa tiempo en la Palabra y en oración todos los días. Descubre lo que dice la Biblia. Consigue un diccionario Bíblico y una concordancia, y haz un estudio más profundo. Busca libros, CDs y vídeos que enseñen la Palabra y desarrolla tu fe. Aprende la verdad. Mantente bajo la enseñanza de maestros con experiencia, llenos del Espíritu Santo, y déjalos que te ayuden. Es así como aprendes a mantener un Espíritu de fe—depositando continuamente la Palabra de Dios en tu corazón y hablándola con tu boca, día con día, y obedeciendo lo que dice, un paso a la vez, hasta que tu vida sea una imagen de obediencia. La autoridad que Jesús le dio a la Iglesia obra por el Espíritu de fe. Él fue muy claro con Sus discípulos: “Tengan fe en Dios. Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar’, creyendo, sin abriga r la menor duda de que lo que d ice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”, (Marcos 11:22-24 Nueva Versión Internacional ). Si no activamos nuestra fe, creyendo y hablando la Palabra, no ejercitamos la autoridad que tenemos . Si n o h e m o s desarrollado nuestra fe en Dios y en Su Palabra, no tendremos los medios para vencer las circunstancias, y nos encontraremos a la misericordia del mundo. Pero a medida que desarrollemos nuestra fe, descubriremos que ¡no tenemos que quedarnos indefensos e impotentes, porque hemos sido redimidos! Dios Mismo Se Puso en la Línea de Fuego por Ti Piensa que cuando Dios nos pide que tracemos una línea de fe, Él no nos está pidiendo nada que Él mismo no haya hecho. Dios creó al hombre para que funcionara de la misma forma que Él lo hace—por fe. Jesús siempre operó por fe, y Él claramente enseñó a Sus discípulos a hacer lo mismo. Dios Mismo se puso en la línea de fuego cuando Él nos dio el mismo poder y autoridad en la tierra que le dio a Jesús. (Mateo 28:18-20). Antes de la fundación de la tierra y de toda la creación que hay en el la, Dios ya tenía listo un medio para crear todas las cosas que “no se ven” al ámbito de lo que “sí se ve”. Él simplemente habló, y lo que no se veía llegó a ser algo que se veía. Como dice Romanos 4:17, Dios “llamó las cosas que no son como si fueran”. Nada sucedió hasta que Dios habló. Él dijo, “Sea la luz” y la luz fue. Él creó la luz del ámbito de lo que no se ve, al ámbito de lo visible y manifiesto, a través de Sus palabras. Todas las cosas que el hombre necesitaría, Dios las suplió declarándolas al ámbito que se ve, lo que Él ya había preparado, desde el ámbito de lo que no se ve, contenido en Él. Jesús obra de la misma forma. La fe de Jesús, cambió las cosas en la vida de la gente. A cambio de sus problemas y angustias, Él les dio soluciones y victoria. Él declaró que todas las cosas que Él dijo e hizo, fue solamente lo que Él había oído y visto a Su padre decir y hacer. Su fe trajo lo que la gente necesitaba en el ámbito visible y manifiesto de sus vidas. La gente no podía escuchar, ni darse cuenta que su sanidad estaba tan solo a una palabra de distancia, pero Jesús lo escuchó y lo habló para que así fuera. Ellos no podían ver que su comida iba a salir de unos cuantos panes y unos cuantos pescados, pero Jesús lo vio, lo bendijo y lo partió, alimentando a miles. Ellos no sabían que su liberación del reino de las tinieblas estaba en la persona de Jesús, pero Él sí lo sabía y pasó los últimos años de Su vida en la tierra extendiendo las buenas nuevas. Él habló la Palabra, y aquellos que Lo recibieron… ¡recibieron! La fe viene por el oír. La fe sabe lo que el Padre ha prometido en Su Palabra, y que Él cumplirá Su promesa. La fe obra conforme a la promesa. La fe habla. ¡La fe cree y recibe! Lee una vez más lo que dijo Jesús, “Tengan fe en Dios. Si alguno le dice a este monte… ‘Quítate de ahí y tírate al mar’, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crea n que y a ha n recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”, (Marcos 11:22-24 Nueva Versión Internacional ). Jesús caminó en esta línea de fe todos y cada uno de los días que Él vivió entre la gente. Por fe, es como Él entró al ámbito de lo que no se ve y produjo los cambios que Su Padre había preparado en la vida de la gente. Fue la manera como Él suplió Sus propias necesidades y las de Sus discípulos—ya fuera de comida, bebida, dinero para impuestos o liberación de una multitud. Por fe, fue la forma como Jesús dio Su vida—con base en la promesa de Su Padre; que el mundo sería salvo. Ese era el plan que Dios tenía para la vida entera de Jesús; lleno del poder del Espíritu de Dios y obrando siempre conforme a la Palabra de Su Padre, fue como Jesús sostuvo la línea de fuego hasta que concluyó Su tiempo en la tierra. Y todavía hoy, Él sigue manteniendo firme esa línea.
| Ahora, nuestra parte es dar ese paso al frente, tomar nuestra posición, y saber que esta vida de fe es la vida que Dios diseñó para nosotros. El mundo puede arrojar problemas en nuestro camino, pero no hay nada que Jesús no haya hecho ya para vencerlos. Eso es Él lo que dijo, y es lo que nosotros decimos. ¡Es aquí donde trazamos la línea y pintamos la raya!. Y una vez que la cruzamos, ¡no hay regreso a una vida sin victoria en Él! -> ¿Que opinas? Comenta abajo. |
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