sábado, 13 de diciembre de 2014

PADRE PERDÓNANOS COMO NOSOTROS PERDONAMOS......


Padre, perdónanos como nosotros perdonamos

Uno de los temas más difíciles de tratar en una familia es el perdón, tal vez porque el orgullo es mayor que la humildad, tal vez porque es más fácil provocar una herida que sanarla.  


Lo cierto del caso es que cuesta perdonar. Por eso Jesús dijo esa oración cuando los discípulos le dijeron que los enseñara a orar.  Padre nuestro perdónanos así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.  Y escogió lo más difícil, perdonar al ofensor, aunque también es importante perdonar si hemos ofendido. 


Jesús nos enseñó a dar el primer paso cuando la comunicación estaba rota y el camino cerrado aunque yo no haya sido el culpable. En el caso de la cruz, Jesús también fue el ofendido y Él pidió que se perdonara a los ofensores. Su sangre selló el pacto de reconciliación y nos dio un gran ejemplo.

Si esperas sentir perdonar tal vez no lo harás porque es una lucha entre tu espíritu y tu carne. Por eso perdonar es una decisión que se toma unilateralmente, solo de tu parte, la acepte el otro o no la acepte.   


Perdonamos y nos reconciliamos con la familia para decirle al mundo que tenemos el verdadero amor, el que cubre multitud de faltas.  Por Mery Bracho

Hay una balanza que nunca encontrará su equilibrio,
es entre el orgullo y la humildad, porque o se inclina
por el orgullo o por la humildad.

Sin humildad, no hay perdón posible. Mery Bracho

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