lunes, 7 de diciembre de 2015

FE ACTIVA !!!!!!

 

Fe Activa

Por Sonia Luna

Dios es quien sana y resucita pero necesita de nosotros para obrar.

 


Solamente tus obras dan testimonio de la fe que tienes en el Dios vivo que todo lo puede.

Santiago 2:17 asegura: Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

La fe es certeza de lo que se espera, fuerza acumulada, convicción moral y seguridad en lo que creemos. Como hijos de Dios debemos vivir por fe y hacerla evidente en acciones. Somos salvos por fe y sin ella no podemos agradar al Señor, pero solamente está completa si la evidenciamos con obras. En la iglesia tenemos muchos líderes pero también son necesarios aquellos que activan su fe e interceden por otros para dar testimonio del poder del Señor. Necesitamos obras porque en la tierra hay mucho por hacer, en el cielo ya todo está hecho.

Hay otras versiones de Santiago 2:17 muy reveladoras: 

La Biblia latinoamericana 95 dice: lo mismo ocurre con la fe, si no produce obras muere solita.

La Biblia lenguaje sencillo asegura: lo mismo pasa con la fidelidad a Dios, de nada nos sirve decir que somos fieles a Dios si no hacemos nada que lo demuestre, esa clase de fidelidad está muerta. 

En otra versión leemos: Esa fe que no produce obras buenas, no tiene ningún valor, es una fe inútil que está totalmente muerta. 

Debemos producir obras que den testimonio de nuestra fe en el Dios vivo que es fiel. Podemos decir que somos creyentes, podemos recibir mucha Palabra, pero no somos verdaderos cristianos si nos encerramos con lo que tenemos y no compartimos lo que hemos recibido del Señor. Levántate como líder y como intercesor que pone en práctica su fe para que se manifieste en obras. 

Ejercicios de fe

Yo he tenido fuertes experiencia de fe, he sido testigo de grandes obras en otros, en mi persona y en mi familia. Cuando dí a luz a mi tercera hija padecía de presión baja, me desmayé y sabía que estaba muerta porque caminaba dentro del túnel hacia la presencia del Señor, no tenía miedo, estaba llena de gozo, paz y realización. Cuando estaba a punto de llegar ante Jesús, escuché la voz de mi querido esposo que decía: “Reprendo el espíritu de muerte y regresas ahora”, en ese momento volvía a la vida. 

Recordemos que en nuestra boca está el poder de la vida y de la muerte, por eso debemos hablar palabras de salud y no de enfermedad, de riqueza y no de pobreza, de bendición y no del maldición porque en nuestra boca hay un milagro. Esa es la confesión de fe que debes activar y poner en práctica. El Señor quiere usarnos en momentos trascendentales. Provoquemos esas obras que den testimonio de nuestra fidelidad. 

Dios es quien sana y resucita pero necesita de nosotros para obrar. Yo he orado por personas que ya están muriendo, reprendo espíritu de muerte para que vuelvan y den testimonio de Su poder. Cierta vez oré por un niño que tuvo un accidente en su bicicleta. El timón lo había destrozado el riñón y reventado la arteria aorta y estaba a punto de morir. Entonces le pedí al Señor que se manifestara y le diera la oportunidad a toda esa familia de conocerle. Hoy el niño está completamente sano y consciente de que su recuperación es obra de un milagro de nuestro Señor. Debes buscar oportunidades para activar la fe y Palabra que te llena. Reprende y declara sanidad en Su nombre. Date la oportunidad de demostrar a todos que Dios está vivo y desea bendecirnos. 

Necesitamos ejercitar nuestra fe en todo momento. Uno de mis hijos padecía de asma crónica y el doctor me advirtió que se le agudizaría si nos mudábamos a un lugar con clima más frío y húmedo. Estábamos a punto de cambiarnos de casa y por supuesto que no acepté lo que me dijo. En el momento que efectivamente empezó con la terrible tos, me senté junto a su cama y todo el día reprendí en el nombre de Jesús cada vez que él tosía. Al día siguiente descubrí que mi hijo estaba totalmente sano y nunca más ha padecido de los pulmones. Esta fue una de tantas señales que podemos obtener activando nuestra fe. Tú mismo puedes imponerte manos y reprender toda enfermedad, no esperes que otro lo hagan porque el espíritu del Señor también puede manifestarse a través tuyo. 

Pagar el precio

Génesis 22:1-2 relata: Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

El Señor nos prueba, así como lo hizo con Abraham que sería padre de generaciones. Lo mismo sucede con nosotros, nos pide lo que más queremos porque desea que demostremos nuestra confianza en Él que está en control de todo. Es celoso y quiere que lo amemos más que a todas las cosas, antes que cualquier deseo e interés, Él quiere ser nuestra prioridad. 

Génesis 22:3-5 continúa el relato: Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

Muchas veces nos pasa lo mismo, debemos pedirle a otras personas que nos esperen porque no están preparadas para presenciar lo que sucederá, pero luego debemos hacerlos partícipes del milagro, darles a conocer del Señor y llevarlos ante Él. Todos tenemos una medida de fe diferente y es necesario ejercitarla para que crezca. 

Génesis 22:6-9 describe lo que sucedió después: Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.

Imagina lo difícil de esa situación. Entregar lo que más amamos en la vida no es fácil, menos si pensamos que es la base de las promesas que hemos recibido, pero es necesario porque el Señor quiere saber si somos capaces de cualquier cosa por Él. 

Génesis 22:10-14 concluye: Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 

Nunca dudes de la provisión de Dios, preséntale tus aflicciones, pídele que bendiga lo que anhelas, demuéstrale que has activado tu fe con las personas a tu alrededor y que estás dispuesto a pagar el precio por Su amor. La provisión sobrenatural del Señor vendrá en el momento que te abandones con confianza y le pidas que tome el control porque tú solo no puedes más. 

En la Biblia hay muchos ejemplos de personas que recibieron lo que buscaban al activar su fe. La reina Esther fue capaz de arriesgar todo por interceder por su pueblo y halló gracia ante el Señor y ante el rey que les perdonó la vida. Elías actuó con fe cuando restauró el altar de Dios y pidió que fuego cayera del cielo para consumir la ofrenda. Pedro sanó al cojo de la hermosa, al decirle que le daba lo que tenía. Actuó con autoridad y obró un milagro. Tú puedes hacer lo mismo, no te avergüences cuando actúas en el nombre del Señor. Dios te pide que obres en fe, pagues el precio y asumas tu responsabilidad. Tal vez te pide que dejes a ciertos amigos y vengas a la iglesia con frecuencia. Quizá te pide tu casa para que otros reciban Palabra y sean transformados. Haz lo que te pida porque al final todo tendrá su recompensa. 

Fe para recobrar lo que te pertenece

Santiago 2:21-22 cuestiona: ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 

Abraham fue obediente y tuvo fe, entregó lo que más amaba y lo recuperó. La fe te ayuda a obtener y recobrar tus posesiones. La sangre de Cristo y las obras son necesarias para alcanzar la plenitud en tu vida. 

Gálatas 6:4 aconseja: Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro.

Ocúpate de tu fe antes de criticar la de otros. Somete a prueba tu propia obra. Recuerda que la fe que no produce obras buenas no tiene ningún valor, es una fe inútil que está totalmente muerta. Pídele que te ayude a descubrir la diferencia entre obras buenas y malas para que tu fe crezca y produzca muchos frutos. 

El testimonio de un hombre enfermo de sida me impacta muchísimo por lo que habla de la fe. Este hombre creyó en la promesa de sanidad y se dedicó a predicar la Palabra. Trabajó arduamente para el Señor y cuando estaba en el hospital a punto de morir, lo confrontó pidiéndole sanidad porque había hecho buenas obras. Entonces, por la noche vio que un grupo de enfermeras y médicos se le acercó y le hizo una transfusión de sangre. Al día siguiente estaba totalmente sano pero nadie en el hospital se lo explicaba porque el equipo que él aseguraba haber visto, nunca fue enviado por ningún especialista. Jesús personalmente llegó hasta su cama y le devolvió la salud. Él es el sanador y proveedor, no temas porque si tu fe está activa, serás capaz de obrar grandes prodigios y serás testigo del poder de la sangre de Cristo. 

1ra. de Juan 4:4 asegura: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Hebreos 12:2 dice: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 

La fe sin evidencias es estéril e imperfecta. Pídele al Señor que te ayude a tener fe y demostrarla con obras y no sólo con palabras. Confía en Sus promesas, ejercita tu fe, ponla a prueba y paga el precio por ella. Dale gracias por Su poder porque hay ángeles a tu servicio. Activa tu fe para que tus ojos espirituales sean abiertos y puedas ver Su presencia a tu lado. (Si copia este texto cite autor y web avanzapormas.com)

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