Lo mejor de ti
Por Joel Osteen
No puedes rodearte de personas negativas y esperar que tu vida sea positiva. No importa lo grande que sea el potencial de la semilla, si no la pones en buena tierra, no podrá echar raíces y crecer.
Una de las claves importantes para poder alcanzar todo tu potencial se encuentra en tu entorno. Necesitas estar en un lugar donde la semilla pueda germinar. Conozco gente de mucho talento e increíble potencial, pero que insiste en andar en compañía de quienes no les convienen. Si tus mejores amigos son holgazanes, indisciplinados, gente sin grandes sueños, negativa y crítica, todo eso se te pegará. Además, el ambiente en que eliges estar te impide llegar más alto. No puedes rodearte de personas negativas y esperar que tu vida sea positiva. Si todos tus amigos viven derrotados y deprimidos y renunciaron a sus sueños, tendrán que hacer algunos cambios. Seamos sinceros: es probable que no puedas levantarlos. Lo más probable es que si sigues pasando demasiado tiempo con ellos, logren voltearte y hundirte.
La influencia del entorno
Es normal sentir afecto por tus amigos. Puedes orar por ellos y tratar de alentarles a hacer cambios positivos en sus vidas. Pero a veces, lo mejor que puedes hacer es apartarte de la gente negativa y ubicarte en un entorno saludable, positivo, lleno de fe. Es algo de extrema importancia porque no importa lo grande que sea el potencial de la semilla, si no la pones en tierra buena, no podrá echar raíces y crecer.
Natalie vivía en un entorno muy negativo, con abusos físicos, emocionales y verbales. Aunque su esposo Thomas era dominante y controlador y se negaba a buscar ayuda, Natalie seguía junto a él año tras año. Es que tenía miedo de irse. Temía a la soledad y a no poder mantener a sus dos hijas. Tenía miedo de que jamás conocería a otro hombre dispuesto a amarla y aceptarla, ni a ella ni a sus hijas. Cuando Natalie me preguntó si yo pensaba que ella debía seguir con esa relación abusiva, le respondí: «No creo que eso sea lo mejor que Dios tiene para ti. Siempre insisto en mantener al matrimonio unido y en tratar de que las cosas funcionen, Natalie. Pero entiéndeme: Dios no te creó para que fueras maltratada ni objeto de abusos. Tu madre estuvo en una relación abusiva y ahora tú estás igual. Y a menos que hagas algo por cambiar esto, lo mismo les espera a tus hijas».
Para Natalie fue muy doloroso, pero por fin se armó de valor y dejó que la puerta de esa relación se cerrara. Se dedicó a comenzar de nuevo, volvió a estudiar y se graduó con honores. Encontró un empleo y conoció a un hombre que se enamoró no sólo de ella, sino de sus hijas también. Hoy, Natalie está felizmente casada. Nada de esto habría sucedido si no hubiese dejado que se cerrara una puerta para dirigirse a otra, que esperaba abrirse.
Muchos me han dicho: «Joel, no sé por qué soy como un imán para la gente abusiva. Salgo de una mala relación y entro en otra aun peor. Sé que tendría que apartarme. Sé que no es bueno para mí. Pero no puedo irme. Me sentiría culpable». Suelo responder: «No. Tienes la responsabilidad de mantenerte sano y salvo. Tienes un don. Dios te ha confiado sus talentos y sus sueños. Y quizá te duela, pero lo mejor que puedes hacer es apartarte de quien es un lastre continuo para tu espíritu. No permitas que nadie te trate de esa forma. Tu valor es muy grande. Eres criatura, creada a imagen del Dios Todopoderoso». «Joel, si pongo límites, esa persona tal vez se vaya». En verdad, creo que sería lo mejor que podría pasar. Oí decir que hay algo que se le llama «el regalo del adiós». Significa que cuando alguien que te aplasta decide irse, quizá no te des cuenta pero te estará haciendo un enorme favor. No mires atrás. En cambio, mira siempre hacia adelante. Prepárate para la siguiente cosa nueva que Dios quiere hacer en tu vida.
Rodearse de gente con grandes sueños
Tendrás que rodearte de quienes tienen sueños. No de los que sueñan despiertos, sino de gente con grandes metas, gente que tiene planes para hacer algo significativo con su vida. Rodéate de personas que te ayuden a llegar a ser todo aquello que Dios ideó que fueran.
Dios está diciendo que este es el tiempo de los nuevos comienzos. Recupera tu fuego. Recupera tu pasión. Hace ya tiempo que sufres de esta enfermedad, pero llegó el día en que sanarás. Es posible que hayas luchado con la depresión y el desaliento, pero este es el momento de romper esas cadenas. Tu familia puede haber sido un grupo derrotado, fracasado, negativo. Hoy, sin embargo, ha llegado tu momento de elevarte por encima de todo eso.
Ahora, comienza a extender tu fe una vez más, a hacer que crezca. Levántate cada mañana esperando que sucedan cosas buenas. Y recuerda que Dios está de tu lado. Porque te ama. Porque te acompaña. Las Escrituras dicen: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado».
Muchas veces mi padre citaba una estrofa de un poema sencillo, pero profundo de Edwin Markham (1852-1940), que resume la actitud que nos hace falta: «Grande es soñar el sueño, cuando en tu juventud estás junto al estrellado arroyo. Pero más grande aun es luchar a lo largo de tu vida, para al final poder decir que el sueño se cumplió. No te conformes con la mediocridad. Jamás te contentes con lo “bastante bueno”. ¡Y también tú podrás descubrir que el sueño se cumple!».
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