domingo, 12 de abril de 2015

LUZ EN MEDIO DE TINIEBLAS !!!!!

A continuación les presentaré una fábula con un corto mensaje de mi parte, solo unos pequeños cambios, siempre velando por llevarles una reflexión que las ayude a ser mejores personas cada día. Aprendiendo a levantarnos, caminar sin detenernos aunque caminemos lento, a perdonar aunque parezca que nos traicionamos al hacerlo y a soltar cargas que no nos pertenecen. 

Dios dice que tu eres luz… ¡Resplándece!

Cuenta la fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.

La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente:

-¿Puedo hacerte tres preguntas?

-No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente.

-Entonces dime: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

-¡No!, contestó la serpiente.

-¿Yo te hice algún mal?

-¡No!, volvió a responder su cazadora.

-Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?

-¡Porque no soporto verte brillar!

La envidia es uno de los peores sentimientos que las personas pueden tener.  Lamentablemente muchos no soportan ver brillar a otros y por eso no desisten de la idea de hacerlos caer o de intimidarlos con palabras, persecución, gestos hirientes y hasta agresión. La idea es romperlos, lastimarlos, dañarlos para apagar “su luz”.  También lo hacen porque les incomoda no tener los dones, las aptitutes, el carisma o la nobleza que otros tienen.  Otro grupo, pudieran ser personas inseguras que piensan que “esos” son competencia o que quieren quitarles algo que según ellos les pertenece:  sea el cariño, la aceptación o el amor de alguien; la autoridad frente a un grupo de personas; un puesto en el lugar de trabajo; reconocimiento, fama o atención.

El hecho de que envidien tus logros, tus talentos, tu éxito, puede afectarte de cierta manera en más de una ocasión, pero cuando esto suceda ¡No dejes de brillar! No tienes porque dejar de hacerlo.

Continúa siendo tú mismo(a), sigue dando lo mejor de ti, sigue superándote y no permitas que sus acciones o palabras te lastimen, no permitas que te detengan en alcanzar lo que Dios te ha llamado a hacer.

¡Sigue brillando, ellos no podrán tocarte!  Tu luz seguirá intacta mientras permanezcas bajo las alas del Omnipotente.  Mantente humilde y tu huella permanecerá, el recuerdo de lo que fuiste e hiciste quedará, tu esencia no será destruida… lo que haces para ti y para los demás será siempre recordado ¡pase lo que pase!  Sé siempre auténtico(a), aunque tu luz parezca molestarle a los “depredadores”.

 “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.”  Mateo 5:14-16 (NVI)

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